Alejandra Hurtado

Roser Ros y Rubén Martínez

En el año 2013, Alejandra Hurtado nos invitó a Magalí Homs y a mí, en nombre de la Fundación Mustakis de Chile con sede a la ciudad de Santiago, a dar una formación a los cuentacuentos inscritos al curso que había organizado con la ayuda de todo su equipo. Una corriente de simpatía corrió de inmediato entre ella y nosotras dos que, llegadas desde Barcelona, poníamos el pie por primera vez en este país al que regresaríamos años después, en 2016, para otra formación. Pero estos intercambios se intensificaron, pues Alejandra viajó a Barcelona y allí tuvimos el placer de tenerla como formadora en la sede de Tantàgora. Algo más tarde, Alejandra decidió mudarse a Barcelona y allí empezó una colaboración más estrecha que nos permitió contar con intervenciones artístico-literarias llevadas a cabo por personas formadas bajo su batuta. Con la llegada de la pandemia y de nuevo, bajo los auspicios de la Fundación Mustakis, Alejandra nos invitó de nuevo en 2021 a realizar un curso on line sobre temática femenina y cuentos de tradición oral. Fue un buen reto.  No es de extrañar que, hoy, se produzca este diálogo por escrito para que el lector tenga un conocimiento más exhaustivo de esta mujer que no se deja encasillar fácilmente.   

¿Cómo empezó todo?

Bueno …. Básicamente desde que nací jejeje, tuve una infancia bastante durilla, me lo pasé más en cama que de pie, con tubos de oxígeno al lado de mi cama, rodeada de cuentos contados por mis seres queridos. Un escenario para algunos muy dramático seguramente, pero la verdad fue mi super nave espacial, mi centro de conexión con el universo, que agradezco mucho haya sido hace más de 50 años y no hayan existido las pantallas, me rodearon de libros y cuentos contados, con la genialidad y espíritu de sus narradores.  Lo increíble es que todo se guardó como en un cajoncito muy íntimo, nunca lo relacioné con mi formación artística, estudié teatro y danza al mismo tiempo. Me inicié como actriz en escenarios alternativos, experimentales, donde lo menos que nos interesaba era contar algo, mientras más raro e incomprensible las puestas en escena, éramos mejores artistas. Fue hasta el nacimiento de mi hija mayor que todo cambió y quise contarle al mundo historias, pero más aun historias que les hicieran sentir bien, que les hiciera sentir que pertenecen a un territorio, que les hiciera comprender culturas diferentes, que se rieran, disfrutaran y se contagiaran de querer contar a otras/ otros. No he parado de hacerlo en estos 30 años de oficio y agradezco por ello, me hace vibrar, aprendo cada día y renuevo mis formas de hacerlo …me encanta.

¿Quién se esconde tras Alejandra?

Soy una mujer chileno-croata de 55 años, acuariana, “cerruca”, como dice mi madre, nací en plena cordillera de Los Andes, amo los cerros, volcanes y montañas. Madre soltera de dos hijos maravillosos que he podido criar sola, como un porcentaje enorme de mujeres sudamericanas de mi generación. He tenido la gran fortuna de conocer y desarrollarme en otras disciplinas artísticas además del teatro y la danza, como el circo y la música, transformándome en una artista escénica, lo cual me encanta y enorgullece. He estudiado para ser una buena gestora cultural, tengo licenciaturas, diplomados y máster que me han costado horas de sueño. Adoro generar empleo, crear conexiones entre las personas. Me gusta migrar, es un ejercicio que cultivo y me hace sentir consecuente con lo que predico como ser humano. Tengo buenos amigos y amigas con los cuales me rio mucho, y me recuerdan que tenemos cuento para rato.

¿Llegas a los cuentos a través de?

…muchos caminos. Mi padre (abogado) contando mitología griega con una riqueza en su lenguaje y sus imágenes extraordinarias. Mi madre (bibliotecaria) empeñada en cultivar la diversidad dentro de mi camino lector, cultivando además el humor, me regalaba cuentos e historias elegidas con pinzas, seducía a sus amigas bibliotecarias para que le dieran ideas…en definitiva experimentó bastante conmigo, fue muy divertido, además inventaba manualidades luego de contar o leer, una maestra con la tijera, el origami, la aguja, el hilo y el reciclaje , top de top. Mi abuela con sus cuentos campesinos y mucho, mucho folclore poético: trabalenguas que repetíamos haciendo competencias quien era más rápida, adivinanzas, nanas, refranes. Una recopiladora oral maravillosa. Mi nanita mapuche contándome cuentos de su pueblo, explicándome con lujo de detalles la cosmogonía, cultivando un imaginario fantástico de serpientes aladas, Traucos, Caleuches y tantos otros relatos de mitología chilota me dejaban con la boca abierta …en fin … clases magistrales en posición horizontal, más que recordarlo triste, lo recuerdo muy amoroso, cautivante. De esta manera espontánea comencé a contarle a mis amigas, primas que me visitaban, compañeras del cole, fogatas de adolescente, muy bonito la verdad- gracias por hacerme recordar.

¿Qué repertorios usas y prefieres al contar cuentos? ¿Cómo te han llegado? ¿A través del oído? ¿A través de la lectura?

Mis repertorios son muy diversos desde recopilación oral, cuentos universales, contemporáneos. Sin embargo, lo que más me gusta investigar es tradición oral.

Tu trabajo en la Escuela de Cuentacuentos de la Fundación Mustakis te permite hacer llegar a muchas personas el arte de contar. ¿Qué es lo que más te ha sorprendido en este largo camino?

Me ha sorprendido la capacidad creativa que tenemos todos los seres humanos y como por diversas razones algunos las desarrollamos más que otros.

Es mágico cuando logramos generar en nuestros estudiantes, confianza, romper prejuicios, elevar autoestima y comienzan procesos creativos maravillosos, sorprendentes y diversos.

Me abruma escuchar el rollo de narradores profesionales que sostienen que éste es un arte sólo para algunos …Todas tenemos derecho a contar historias; es parte de la vida y de la historia del ser humano.

Nos consta que te rodea un equipo de personas que se ha ido forjando a tu lado y que llevan a cabo un muy buen trabajo. ¿Cuántas de ellos son, hoy por hoy, cuentacuentos?

Huy esa pregunta no sé bien cómo responderla, llevo alrededor de 10.000 personas a las que he formado o he gestionado planes de formación para ellos, tanto en Sudamérica, como en Europa y África.  Sé que muchos lo usan en su diario vivir y no se dedican profesionalmente, pero sé y me consta que muchos sí. En Chile, por ejemplo, se han generado fondos concursables para poder financiar proyectos de cuentacuentos o en los Municipios también se han creado fondos para abastecer de narradores a los centros culturales y escuelas. No digo que sea yo quien he formado a todos quienes se dedican a este arte en Chile pues hay muchos grandes maestros, pero si es real que gracias al Programa de Cuentacuentos de Fundación Mustakis el cual dirijo y la Escuela de Cuentacuentos de la misma institución, hemos logrado visibilizar este arte, profesionalizar y dignificar su desarrollo.

Sin embargo, tu experiencia no se limita a Chile. Nos consta que has trabajado en otros lugares del mundo (Europa incluida). ¿Puedes trazar una pincelada de lo que ha significado para ti y para la Fundación?

Para la Fundación ha sido descubrir un mundo precioso que tiene total sentido con las raíces griegas de la familia, sus valores, su forma de percibir el arte y la belleza. Han confiado en mi trabajo y mi mirada tanto nacional como internacional, logrando hoy por hoy transformarnos en un referente en Iberoamérica. Estoy profundamente agradecida.

Para mi ha significado darle forma a un sueño: el sueño de construir la paz y el buen vivir a través de la participación cívica en el arte y la educación.

La plena convicción en el cambio social que se puede generar si logramos unir a todos los agentes que rodean a la niñez para facilitar el acceso al arte y la lectura.

Para esto me he preparado mucho no sólo investigando literatura y tradición oral, sino que he estudiado administración cultural, cooperación y gestión internacional y un máster en dirección de instituciones culturales, además de la formación constante que me ha proporcionado Mustakis con su equipo de Desarrollo integral, entendiendo las competencias que debemos desarrollar para formar lectores del s/XXI. Con todo ello y la posibilidad de viajar por el mundo he visto ejemplos de buenas prácticas, he compartido con profesionales como yo, y entre todos hemos tejido una red que ha permitido compartir saberes, complementarlos, generando proyectos tan bellos como los Festivales Internacionales de Cuentacuentos, Maratones Internacionales de Cuentacuentos, Escuela Internacional de Cuentacuentos, Gira Cono Sur, Gira CHILECUENTA entre otros.

Has dado a conocer los cuentos chilenos en Barcelona, en Madrid y, sin duda, en otros lugares. ¿Qué diferencia, según tu parecer, unos públicos de otros?

Vamos a ver … para responder esta pregunta necesito hablar de los imaginarios de cada cultura, eso es lo que cambia y es alucinante trabajar sobre esto

Si cuento cuentos chilenos en Chile, transversalmente a pesar de la diferencia geográfica y cultural de nuestro país, más menos, el público entiende lo que se está contando, hay algo que se respira compartido. En Sudamérica más menos lo mismo, cruzando el charco la cosa se pone más complicada, acá vibran con dragones, caballeros …. Nosotros con serpientes aladas y pájaros de oro. Cuando uno descubre esto, es una puerta a un universo de libertad, creatividad y amor extremo por la humanidad. ¿Hay que contar diferente? Sí y no. Hay que contar dando más imágenes, explicando un poco más el contexto, sin que deje de perder la chispa y la magia del cuento y peligrosamente se transforme en una clase de historia. Utilizar muñecos, instrumentos, vestuarios, telas de tejidos nativos, artesanías de distintas partes del mundo, a mí me ha servido mucho.

Digamos que la experiencia al momento de contar el cuento implica todos los sentidos, no es sólo la palabra, eso al menos a mí me hace percibir que comprenden, disfrutan del viaje que les ofrezco. Es hermoso buscar sinergias interculturales con la narración oral, es algo que me inspira y me hace sentir que es una forma de construir la paz entre los pueblos y visualizarnos como hermanos.

¿Puedes contar sucintamente alguno de tus proyectos de narración preferidos?

Tengo muchos proyectos que atesoro:  contar en África gracias al Instituto Cervantes, hacer intervenciones en Madrid – Salamanca – Guadalajara con los Cuentos de Luz (paraguas iluminados en la vía pública), la Gira Cono Sur y muchos otros. Pero lejos el que amo y es mi preferido es uno de mis proyectos más antiguos, que debo llevar más de 20 años realizándolo, “CHILECUENTA”. Consiste en una itinerancia por escuelas unidocentes (una escuela / un profesor) de territorios que por cuya geografía es muy muy difícil llegar, a lo largo de todo el territorio chileno. Ver sus reacciones, verdaderas expresiones poéticas de amor en extremo como por ejemplo en primavera en la Araucanía, al Sur de Chile , niñas y niños guardan mariposas en sus manos que abren para que vuelen junto a mi …. “una pasada como dicen acá” …eso me devuelve el alma al cuerpo y me hace sentir que este oficio es un regalo divino que por fortuna me toca vivir.  

¿Recuerdas alguna reacción por parte de los oyentes que te impactara especialmente?

Cuando recién llegué a vivir a Barcelona, di una función de Kay Kay Vilu y Tren Tren vilú (creación del universo según el pueblo Mapuche) y un padre (catalán) muy serio e incluso diría bastante molesto, se me acercó y me dijo “que cuentos más sicodélicos”. Estuve semanas preguntándome por qué me había dicho eso, y finalmente lo entendí: él no había entendido nada de lo que había contado, porque no le resonaba en su imaginario. Si viera nuevamente a ese hombre, le daría las gracias sinceras, por él a mis 51 años, comencé a contar diferente y di un paso adelante como artista.  

¿Cómo te ves pasado mañana, y el otro, y el otro y el otro?

Desde que vivo en Barcelona, mi mañana es algo que no tengo idea cómo será, y poco a poco me he ido acostumbrando a no sentir terror por ello, hasta me gusta ese sin saber… que antes me atemorizaba tanto .

A priori puedo decir que me veo investigando, creando e itinerando por el mundo entero contando y realizando formaciones.

Muchas gracias por esta oportunidad de compartir con ustedes.

Un abrazo

 

Roser Ros y Vilanova. Narradora, escritora, poeta, doctora en Pedagogía (UB) con la tesis “Los cuentos de animales: el caso del ciclo del zorro y el lobo” (Premio Flos y Calca